MENOR QUE EL SEGUNDO.
Luz breve precisa,
en corto tiempo,
en calor comprimido,
es el fragmentado segundo
que explica capacidad del universo
sin cabida
en los grados posibles
del hábito de la vista.
Del rojo habitado
al apagado color
aguja fluctúa
midiendo inconstantes
semiesferas que no coinciden
ni inferior ni superiormente
en el volumen asimétrico.
El desequilibrio dentro
de eclipses parpadea
en cambio incesante.
Superponiéndose en rotación
por el plano del predominio,
absorción y alejamiento se alternan
en suma de datos
que deforman definiciones
e intérpretes.
Luminoso corte de calor
vida experimenta
en menor tiempo que el segundo,
traza abrasivo rayo,
entre capas positivas, naciente,
en negatividad buena, saliente.
En conexión creativa
del hielo nuboso
con el caliente núcleo,
magnetizando los giros sensibles,
en el sonido cegador,
en bombilla superior sonora expresa
relámpago retraído
el apogeo que llama.
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